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Especial: El calce perfecto. (parte I)

  • Foto del escritor: Alejandra Flechas
    Alejandra Flechas
  • 14 sept 2017
  • 2 Min. de lectura

¿Qué pasa cuando un cliente no encuentra el calzado que se adapte adecuadamente a la forma de sus pies?

Son muchos las características en los pies que varían de persona a persona: la longitud, el ancho, el tamaño y forma de los dedos, la altura de los dedos y del empeine, la forma del arco, la complexión, entre otros. No obstante en el mercado, las tallas de calzado varían de acuerdo a una o máximo dos variables. No es extraño recibir consejos del vendedor, de conocidos o simplemente de algún sitio web o publicidad, para intentar ajustar determinado calzado a las particularidades del pie del cliente.

Calentarlo con un secador de pelo, congelar el producto, introducir papel higiénico o periódico, sumergirlos en agua caliente, hidratarlos con crema, acondicionador o vaselina, etc. Son algunos de estos consejos. Claro, también existen plantillas, injertos y demás accesorios que permiten mejorar el calce.


¿Funcionan realmente este tipo de consejos? Depende del problema en cuestión. Por ejemplo, si el usuario tiene un arco plantar muy ato probablemente el uso de plantillas o injertos de gel le beneficiará, pero si el problema es que el calzado es demasiado pesado, o demasiado ancho o si induce a la pronación excesiva o si causa ampollas, muy probablemente no habrá consejo que valga.


Pero ¿vale la pena invertir en un calzado que debe ser ajustado para que sea confortable? Cabe destacar que varios de estos consejos pueden afectar negativamente las propiedades físico-químicas del zapato, ya que son muchos los materiales que se emplean en la fabricación de estos productos y que difieren bastante entre sí.


Y al final ¿Cómo es un zapato confortable? Bien, el término confort puede parecer bastante ambiguo, ya que está sujeto a la percepción de cada individuo, pero existen 8 parámetros clave que ayudan a entender el concepto de calzado de confort:

  1. Permite al usuario desarrollar sus actividades tranquilamente sin que repare en el calzado.

  2. Ofrece un buen ajuste sin presiones excesivas en los pies.

  3. Es liviano y flexible para economizar energía y no sobre esforzar la musculatura.

  4. Transpira y mantiene los pies secos y levemente tibios.

  5. Evita la pronación excesiva del calcáneo durante la fase de impacto con la superficie de apoyo, de esta forma protege de las lesiones en los ligamentos y tendones de las extremidades inferiores.

  6. Ofrece tracción suficiente para prevenir las caídas por resbalamientos, permitiendo caminar con seguridad y estabilidad.

  7. Amortigua el impacto con la superficie de apoyo, minimizando las vibraciones transmitidas al cuerpo y protegiendo las estructuras musculo esqueléticas.

  8. Promueve la satisfacción del usuario.

En la siguiente entrada publicaremos la siguiente y última parte de este especial del Calce Perfecto.

Revista Tecnicouro. IBETEC. Edición 301- Jul/Ago 2017. Novo Hamburgo. Brasil.

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